Reseña invitado: R15

Reseña: un profesor ajeno al equipo y con experiencia en la docencia de E/LE nos ofrece su visión sobre la enseñanza.
En esta ocasión se ocupa de la reseña María Méndez Santos, profesora de ELE y de universidad desde 2005. Actualmente se encuentra ejerciendo de profesora de ELE en Japón, además de ser formadora de formadores. Podéis ampliar la información sobre ella accediendo a la pestaña de RutaEle web Autores:
¿Qué representa la enseñanza de español como lengua extranjera para mí? Pues todo, pero más que nada implica emociones positivas.
Hace más de 10 años que comencé a impartir clases y desde el mismo instante en que conocí a mi primer grupo ya sentí la chispa de la ilusión. Y así decidí sentirme todos los días. Siempre me he preocupado por diseñar cosas nuevas; por llevar materiales complementarios, atractivos y eficaces a clase; por sonreírles y hacerles sentir especiales; por crear un buen ambiente de grupo…
En mi opinión, el docente es un modelo emocional: debe ser empático, positivo y enérgico; estar seguro de sí mismo; tener las cosas claras; estar muy formado; ser feliz y ser apasionado… Las emociones se contagian y, por consiguiente, la dimensión ética, afectiva y emocional del profesorado debe estar bien desarrollada.
Yo soy feliz trabajando y quiero que mis estudiantes lo sean aprendiendo. El factor emocional es crucial, en mi opinión, en el desarrollo de un proceso de enseñanza-aprendizaje exitoso: puede bloquearlo por completo si las experiencias vividas son negativas o, por el contrario, fomentarlo si son placenteras y positivas.
Por ello, desde el primer día se debe llevar a cabo una programación de contenidos adecuada, pero también un diseño emocional de lo que vamos a hacer en el aula. Debemos fomentar actividades de interacción donde los alumnos se conozcan porque queremos establecer relaciones fuertes para que la dinámica de grupo funcione. Esto se debe hacer, también desde el punto de vista del profesor: es necesario participar con ellos, preguntarles, dejar que te pregunten, interrumpir y curiosear…
También, es importantísimo dar tiempo a la gente para producir y no coartar los primeros outputs centrándose en lo negativo. Debemos procurar dar un refuerzo positivo: “¡Genial! ¡Casi! Lo has entendido”.
Es importante ofrecer variedad de actividades para que todo el mundo se encuentre a gusto a lo largo de la sesión o del curso porque todos ya tenemos muy interiorizado que hay diferentes estilos de aprendizaje e inteligencias múltiples. Es muy eficaz ofrecer varios modelos de actividades para el mismo contenido y que ellos elijan la que les guste más y se agrupen de ese modo. De paso, vamos creando grupos más pequeños y personales que deben variar para que se acostumbren a trabajar con todos.
Es necesario conocer las circunstancias particulares de nuestros estudiantes para entender qué está pasando por su cabeza cuando están en clase. Sentirse especial es importante para desarrollar una sensación de seguridad y de control sobre el aprendizaje y ambos sentimientos son fundamentales.
El desarrollo de mil y una estrategias de enseñanza afectiva de forma constante, coherente y consistente nos ayudará a que nuestros estudiantes se sientan bien, así que aprenderán de un modo más placentero y obtendrán resultados más duraderos en el tiempo. Nuestro reto es este: crear las condiciones adecuadas para lograr nuestros objetivos.
Se aprende aquello que se siente y se experimenta.
Se aprende cuando uno está preparado cognitiva y emocionalmente para ello.
María Méndez Santos
Universidad Prefectural de Aichi
@mariaparrula
mariaparrula@hotmail.com
 
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