En este número, el tercero ya de la revista RutaEle, me gustaría hacer una pequeña reflexión sobre el objetivo de los colaboradores que en ella participan, que no es otro que el de proporcionar actividades que estimulen el aprendizaje del alumno y que aporten nuevas ideas a los docentes de E/LE. A primera vista esta tarea puede parecer sencilla, pero a la hora de enfocar nuestras actividades existe el peligro de perdernos entre la vorágine de las nuevas tendencias metodológicas de la enseñanza E/LE. Partiendo siempre de una concepción de la lengua como instrumento de comunicación, para nosotros es importante encontrar un método ecléctico que aúne procedimientos comunicativos con otros más sistemáticos.
No debemos perder de vista que una verdadera enseñanza es aquella que se centra en el alumno, es decir, que propone que este observe la lengua, experimente con ella, la interprete y encuentre su lógica interna. Con nuestras actividades no pretendemos que el estudiante de español aprenda memorísticamente ni se convierta en un experto en gramática, sino que a partir de un proceso de análisis lógico de los fenómenos lingüísticos sea capaz de hacer inferencias, desarrollar sus propios esquemas mentales y, así, alcanzar el ideal de un aprendizaje activo que le permita crear el hecho lingüístico por sí mismo.
Además, debemos tener en cuenta que los estudiantes que aprenden una lengua son individuos que tienen una función dentro de la sociedad y que, por tanto, hacen uso de la lengua en un contexto y unas circunstancias determinadas. De esta forma, nuestra labor es tratar de proporcionar al alumno las herramientas necesarias para que se desenvuelva con éxito en las situaciones que se le puedan presentar en la lengua meta. Para ello es necesario potenciar el aprendizaje con actividades que inviten a reflexionar, que fomenten la independencia del alumno y que aborden de forma integrada la enseñanza del léxico y de la gramática a partir de textos actuales y motivadores.
El equipo de RutaEle es consciente de que cada docente tiene una experiencia y un perfil de alumnado diferente y por ello sabe que en cada caso serán más útiles unas u otras estrategias de enseñanza, pero tratan de que el objetivo común de las actividades que aquí se proponen sea potenciar un aprendizaje significativo que ponga en relación el nuevo conocimiento con conocimientos anteriores, con situaciones cotidianas, con la propia experiencia, etc.
Para finalizar, os invito a que nos cuestionemos nuestros métodos y estrategias de enseñanza, pues todos corremos el peligro de instalarnos en aquello que sabemos que “funciona” en nuestras clases y nos olvidamos de que solo mediante la autocrítica, la reflexión y las ganas de experimentar, podemos descubrir caminos todavía no trillados en el aprendizaje de lenguas extranjeras
Laura Sirera Cavero
Profesora colaboradora del Instituto Cervantes de Berlín
Berlín, septiembre de 2012.